El navegante francés es el nuevo acompañante del piloto catarí. Su primer evento juntos, el Abu Dhabi Desert Challenge, lo resolvieron con una victoria.
Edouard Boulanger afronta un nuevo proyecto en su trayectoria como navegante. Después de acompañar a Stéphane Peterhansel en las últimas cuatro ediciones del Rally Dakar, el francés cambia de piloto. A partir de ahora, une fuerzas con otro de los referentes de la disciplina, Nasser Al-Attiyah. Esta nueva alianza ya debutó en el Abu Dhabi Desert Challenge de la pasada semana. A pesar de no haber competido nunca antes juntos, fueron capaces de imponerse a los mandos del Prodrive Hunter que tantos quebraderos de cabeza había dado al catarí durante el mes de enero.
“Tuve varias ofertas, pero no esperaba recibir una de Al-Attiyah”, comenta Boulanger. El galo también fue otro de los sorprendidos por la decisión que tomó Nasser escasos días después de la conclusión del Dakar 2024, la de romper su vínculo con Matthieu Baumel. “Lo habían ganado todo. Ellos juntos escribieron un capítulo extraordinario en la historia de los rallyes”, añade Edouard.
La incertidumbre que cierne el futuro de Peterhansel motivó que Boulanger aceptase la propuesta de Al-Attiyah. Además del fin de la era Audi en la modalidad de rally-raid, Edouard adelanta que “Stéphane ha decidido parar en la competición”. Su última aventura al lado de ‘Monsieur Dakar’ estuvo condicionada por una avería que les descartó de la lucha por la victoria desde la primera semana. “Un fallo hidráulico nos costó un retraso de dos horas y media. Ahí perdimos cualquier esperanza de conseguir un buen puesto en la clasificación. Teníamos todo lo que se necesitaba para hacer un triplete con Audi, pero a partir de esa avería cambió nuestra carrera”, relata el francés.
“Trabajamos como mochileros para ayudar a nuestros compañeros y, al final, mereció la pena”, añade Boulanger. A pesar de, junto a Peterhansel, prestarse a los servicios de Carlos Sainz y Lucas Cruz para así asegurar el triunfo de la marca alemana, Edouard confiesa que acabó “frustrado”. Esa decepción causada por el contratiempo que les apeó de la batalla por los puestos de privilegio fue otro de los motivos que le llevó a dar el sí a Al-Attiyah. “Quiero que esa sensación agridulce termine. Volví a casa, pasé dos semanas haciendo ciclismo y, ahora, estoy listo. Es el momento de empezar de nuevo”, comenta.
“Ser copiloto es un trabajo desagradecido”
Boulanger siente pasión por su profesión. De lo contrario, no habría visto con buenos ojos sumarse al proyecto de Dacia junto a Al-Attiyah. Sin embargo, considera que el trabajo del copiloto “no es muy agradecido”. Edouard explica que “la navegación siempre es crítica en una carrera, pero si ganas, nunca lo haces gracias al copiloto. Si pierdes, sí suele ser por tu culpa. Un error de navegación es suficiente para olvidar todos los errores del piloto y te puede costar un rally. Un copiloto puede perder un rally, pero nunca lo ganará”.
El exmotociclista deposita una gran parte de su atención a los entrenamientos. Confiesa que durante la semana dedica unas 12 horas a la preparación física. “Necesitas estar en el mejor estado de forma posible, también en el aspecto mental. Somos capaces de soportar aceleraciones muy violentas, con picos que superan las 15G. Para ir por caminos con una superficie tan irregular mientras vas sentado, en carreras que duran unas 10 horas diarias y con temperaturas superiores a los 40 ºC, mientras llevas un casco y un mono ignífugo, necesitas estar en un estado de forma muy bueno”, apunta.
Edouard también entrena su velocidad de reacción, así como practica deportes en los que le toque “lidiar con situaciones inesperadas en momentos de fatiga”. Otra de las labores históricamente encomendadas a los navegantes es la de ejercer de psicólogo del piloto. El caso de Boulanger no es una excepción: “Debes mantener perfectamente la calma y llevar a tu compañero por el camino correcto. Tu cerebro necesita estar funcionando en condiciones de gran estrés físico y psicológico”.
Además de los éxitos que ha cosechado en su trayectoria deportiva, siendo el mayor de estos su victoria en el Dakar 2021, Boulanger también se ha enfrentado a situaciones de dificultad. El francés destaca dos momentos complejos. Uno, en el 2015, cuando copilotaba al australiano Geoff Olholm. “Caímos en un agujero invisible, con una caída de dos metros en la que nuestro coche acabó boca abajo contra una piedra. Él se rompió varias vértebras y perdió la consciencia en múltiples ocasiones antes de la llegada del equipo de rescate. Lo tuve que reanimar seis veces”, detalla. Edouard tuvo la suerte de no sufrir ninguna lesión en ese incidente.
El segundo percance lo tuvo en 2023, con Peterhansel: “Saltamos una duna de doce metros y, cuando golpeamos el suelo, él perdió la consciencia con su pie en el pedal del acelerador, mientras que yo me rompí una vértebra”. El copiloto francés aún carga con una placa de hierro en su espalda a raíz de ese aterrizaje forzoso. “Espero poder quitármela pronto”, concluye.