Monta el motor 3.0 de seis cilindros en línea con 460 CV, 90 más que antes.
Para muchos, el M2 es la esencia deportiva de BMW. Esa que nació con el M3, y que con el tiempo se hizo, para aquellos, demasiado grande y refinado. Ahora, el M2 regresa en la que es su segunda generación compartiendo el pecado de crecer, pero manteniendo la promesa de que la diversión, el apasionamiento y el placer son las características que lo definen. Algo cada día que pasa más difícil de encontrar ante la avalancha de eléctricos y electrificados.
El M2 crece porque se basa ahora en la misma plataforma de los M3/M4, y desafortunadamente su peso se ve incrementado más allá de los 1.700 kilos a pesar de que en ella se invirtió en su día en aceros más caros y ligeros que los de la plataforma previa del M2. Y bajo su capot, el motor 3.0 litros que ya compartía con sus hermanos mayores alcanza la friolera de 460 CV, nada menos que 90 más que antes. Su par máximo es de 550 Nm entre las 2.650 y las 5.870 vueltas, con la potencia máxima a las 6.250 rpm y el corte a las 7.200, que le permite resolver el paso de cero a cien en 4,1 segundos. Además, monta de serie caja automática de 8 relaciones, pero puede ser sustituida por otra manual de seis.
Incluye amplios sistemas de refrigeración para que en los giros todos los líquidos sigan haciendo su función a pesar de las fuerzas g, algo aprendido en competición, y cuenta con escape M con mariposas móviles para variar su melodía, autoblocante trasero, control de tracción en diez etapas o freno de tacto variable. La pesadilla de los que odian los coches, un cielo para los que los aman.
Con todo ello se sitúa como el compacto más poderoso de su categoría, que comparte com Audi RS 3 o Mercedes-AMG A 45S, aunque quizá ya no deberíamos decir que es uno de ellos.
Clásico
El M2 va dirigido a los más rabiosos amantes del dinamismo, y mira tu por donde, esos tienen gusto clásico. Por ello su imagen lo es, con unos riñones horizontales que nada tiene que ver con los “modernos”, totalmente verticales, amplios pasos de rueda y taloneras, motor gasolina sin asistencia eléctrica, y tracción trasera pura.
Por dentro, como no, sus pantallas han crecido como la espuma, al estilo Mercedes, con una amplia pantalla que une la típica central con la de los relojes. La fibra de carbono brilla por todas partes, y los asientos deportivos pueden ser sustituidos por otros aún más fieros, con amplias zonas abiertas a los laterales de nuestra espalda.
Fabricado en Mexico
Esta nueva fiera se fabricará en Mexico, a partir de abril de 2023, y a partir de ahí comenzará su comercialización por todo el mundo. Tiene la difícil labor de superar las venrtas de su predecesor, que ascendieron a la friolera de 60.000 unidades. Su precio está todavía por definir.
