Es una buena ocasión para recordar al mítico modelo, que fue el protagonista en la motorización de nuestro país y también de las carreras en nuestro deporte.
Si hay un modelo emblemático del automóvil en España, este es sin duda el SEAT 600. Su aparición en 1957 supuso un hito en la historia de nuestro país, y se puede hablar de una España de antes y de después del 600.
En la década de los 60, gracias al lanzamiento y enorme éxito del Seat 600, se empezó a generalizar el acceso al automóvil de los españoles como un bien de uso común.
A principios de los 70, uno de cada cuatro coches que circulaban por nuestras carreteras, era un 600, una proporción que ningún otro modélelo llegará a alcanzar.
Tras estar 16 años en producción, se construyeron nada menos que 800.000 unidades, una cifra que aun hoy resulta importante.
28 CV que daban mucho de sí
Con poco más de 3,2 m de longitud, y 1.3 de anchura, 600 es un “todo atrás”. El pequeño motor de cuatro cilindros en línea, 767 cc, y colocado en forma longitudinal, rendía en su evolución más potente 28 CV, entregados a las ruedas traseras. Hoy no o parecen muchos, pero en su momento eran suficientes para que una familia de cuatro miembros, y muchos más en la mayoría de las ocasiones, recorriesen toda la geografía nacional sin problemas. Si nos montamos ahora, acostumbrados a los coches actuales, las dimensiones de su interior son muy reducidas, y hay que ser optimista para llamar maleteros a los dos mínimos huecos que ofrece el 600, uno bajo el capó y otro detrás del respaldo trasero. Los mandos y la instrumentación son los absolutamente imprescindibles, dominando en su salpicadero un volante de generoso diámetro que facilitaba la conducción de este coche, muy ligero y sencillo de conducir.
El 600 se conduce con facilidad, y con agilidad, pese a una potencia que hoy nos parece reducida, en su momento no lo era tanto, y más teniendo en cuenta las carreteras que había entonces. Eso sí, su configuración con el motor detrás, su corta batalla y la ausencia de ayudas a la conducción, ciencia ficción en aquellos años, le otorgan un comportamiento particular, que puede ser divertido y complicado a un tiempo.
Si se nos ocurre compararlo con algún SEAT actual, todo es otra historia. Se ha generalizado la tracción delantera, los coches son más grandes, mas potentes, con numerosas ayudas electrónicas… Tantos años de desarrollo tecnológico es en todos los apartados, naturalmente se dejan notar.
El antiguo dicho popular Siempre Estarás Apretando Tuercas, y el mucho más acertado en la actualidad Solo Empleamos Alta Tecnología, representan todo este cambio que se ha producido.
El encanto y atractivo del 600 es innegable. Dejó de fabricarse hace 50 años, y se convirtió en el mito que ahora es. Dentro de muchos años, el 600 seguirá siendo lo que es hoy, y, en manos de coleccionistas y aficionados, son muy numerosos los ejemplares que siguen circulando por nuestras carreteras…
El 600 en competición. En todos los frentes
Siendo el rey de nuestras carreteras durante muchos años, no es extraño que tuviese también un gran protagonismo en la competición. El Seat 600 fue utilizado con asiduidad en las carreras españolas desde su lanzamiento. En todas las especialidades, tanto de circuitos como de carretera, rallyes o montaña, su presencia fue habitual. Con elementales preparaciones caseras en muchos casos, hasta las más poderosas versiones firmadas por Abarth, fueron numerosos los pilotos que inscribieron su nombre junto al del popular modelo durante las décadas de los 60 y 70.
Hace unos años, JTR Racing creó un poderoso prototipo basado en el 600, propulsado por un motor de moto, y del que realizamos la prueba correspondiente en AUTOhebdo SPORT. En las pruebas de montaña y los rallyes su silueta sigue llamando poderosamente la atención.
