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La crónica del mes pasado la dejábamos apenas a unos días de marchar a Paraguay a disputar el Rallye Carmen del Paraná, que en diciembre, casi en Navidad, del año pasado había supuesto mi debut en el Campeonato de Paraguay. Curiosamente, en diciembre, justo en el arranque del verano, tuvimos unas condiciones invernales, y ahora que íbamos a finales de junio, recién estrenado su invierno, tuvimos condiciones casi veraniegas, con temperaturas que en las horas centrales del día superaban con holgura los 20 e incluso los 25 grados. Claro que, por lo que me cuentan ellos, en su verano es habitual estar día sí y día también muy por encima de los 40 grados, y en condiciones de altísima humedad.

Pues bien, este Carmen del Paraná también suponía la segunda carrera paraguaya del año 2021, y quinta del campeonato bianual 2020-2021 (declarado así por haberse podido disputar tan solo tres fechas en 2020). Tuvimos un muy buen ritmo desde el primer momento del Shakedown, donde, al igual que nos había ocurrido en La Colmena, marcamos el mejor tiempo con nuestro Hyundai. Pero llegado el primer día de carrera tuvimos mucha mala suerte tras atravesar un vado; se rompió un brazo de suspensión trasero. Fue una pena, porque creo que teníamos ritmo de victoria. En esa etapa abandonamos, pero una particularidad del Campeonato Paraguayo es que puedes cosechar puntos de etapa al día siguiente, no son muchos, pero todo suma. Salimos a darlo todo el domingo. Hicimos el scratch en el primer tramo de la mañana y en el siguiente tuvimos otro contratiempo, pues en una zona muy rápida, al aterrizar de uno de los numerosos botes que había en esa zona del tramo, el coche se descolocó de la parte trasera y sufrimos una salida de pista. Una pena por todo nuestro equipo, pues lo dan todo para que podamos luchar por la victoria.

En mi caso, retorné a España junto a Fau; sobraban dos días antes de marchar a Estonia. Fau los aprovechó en Alemania para conocer la sede de Toksport, nuestro equipo en el Mundial de Rallyes, y a mí no me quedaba más remedio que pasar 40 y pico horas en mi casa preparando a toda velocidad el Rallye de Estonia. Por las razones que fuese, los organizadores no habían publicado el roadbook en la fecha que tendrían que haberlo hecho, y por tanto no pude preparar el rallye con la antelación que a mí me gusta. De hecho, mi plan era tenerlo todo listo antes de viajar a Paraguay. Así que, en Villacarriedo, a toda mecha preparé los roadbooks que me había descargado y encuadernado mi amigo Diego Abascal. De hecho, esos fueron los ejemplares que utilicé en la propia carrera, como ya he hecho varias veces estos años. Por tanto, el 9 de julio, dos días después de llegar de Paraguay, comenzaba un viaje de casi tres semanas que incluía el propio Rallye de Estonia más el Rallye Colonias Unidas, siguiente cita del Campeonato Paraguayo.

Decir que en la prueba del Báltico hicimos un rallye de menos a más. El rallye lo habían “finlandizado” o “millaguizado”; para mi gusto, con la abundancia de saltos, algunos de ellos artificiales, y la variación de rutas respecto a años precedentes, han conseguido un recorrido tan difícil o más que el de sus vecinos del otro lado del mar. Nosotros, desde el viernes por la mañana fuimos en constante progresión, como corresponde a un rallye de estas características si lo afrontas ya con un coche que corre bastante como el Skoda. La guinda del pastel fue conseguir el mejor tiempo en el Power Stage, que nos otorgó 5 puntos extra, unidos a los 6 que logramos por la séptima plaza.

Sin duda, está siendo un buen año junto a Fau, Toksport y Skoda.

 

Nº 1763 (Septiembre, 2021) 

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