Escribo estas líneas desde el Aeropuerto de Lima (Perú), en escala desde Paraguay hasta Madrid. Las últimas cuatro semanas han sido de lo más intensas en mi carrera deportiva. Prácticamente se han ido encadenando los tests de Portugal, el Rallye de Portugal propiamente dicho, cuatro días en casa acabando de preparar todo y luego viaje al Rallye de Cerdeña, donde también teníamos tests previos a los reconocimientos, el desarrollo del rallye en sí y viaje casi directo a Paraguay a disputar el Rallye de La Colmena. Menos mal que no tengo hijos.
Desgranando rallye a rallye, tengo que decir que Portugal me sorprendió agradablemente por el hecho de saber controlar y administrar la presencia de público, y además por ser uno de los años en los que más me ha gustado la preparación de los caminos. Estaba realmente bonito para correr. A nosotros nos salió una carrera bastante interesante, en franca progresión, y Fau se divirtió mucho en un rallye que era nuevo para él y al que sin duda volverá. De nuevo, al igual que en Croacia, volvimos a estar en la meta recogiendo unos buenísimos puntos para el campeonato. Hay que decir que los tres días de tests previos al rallye tuvimos tanto lluvia desagradable como sol espléndido la última jornada. Portugal, con su recorrido variado y muy lineal, nos hizo utilizar nada más y nada menos que cinco hoteles distintos, contando tests (Ponte de Lima), reconocimientos (Lousá y Vieira do Minho) y carrera (Coimbra y Matosinhos). Se pasaron un poquito con el tema de PCR, antígenos y demás coñas. Cada país aplica un protocolo, eso es respetable, pero todos tuvimos la sensación de que nos tomaban el pelo haciéndonos unos tests el lunes antes de los reconocimientos, para volvernos a hacer otro el jueves y otro más el sábado, y todo pasando por caja. Sorprende cuando tan solo unos días después, en Cerdeña, les valía simplemente con la PCR con la que llegabas de tu país de procedencia.
Ya que hablamos de Cerdeña, creo que allí Fau y yo realizamos la mejor carrera en el tiempo que llevamos juntos. Desde el principio se vio que tenía más ritmo que nunca, y además era un rallye que, pese a muchos tramos nuevos, Fau había corrido en 2019 y 2020 con el Fiesta. Fue una grata experiencia que además rematamos con un muy buen cuarto puesto en la categoría. Y desde Cerdeña, un fugaz paso de horas por Madrid para dejar alguna cosa en el coche que tenía en el parking del aeropuerto, y de paso dormir unas horas en un hotel, y otra vez al Adolfo Suárez para encarar el viaje a Asunción.
De estos últimos días que he pasado en Paraguay, todo sensacional, como siempre que acudo allí. Preparamos bien el rallye con unos buenos tests previos para volver a aclimatarnos a las particularidades del Hyundai. Hicimos unos buenos reconocimientos, pero lo que pasa es que nos faltó la suerte. Aterrizamos mal de un salto mediado el primer tramo de carrera, y rompimos el radiador. Tuvimos la suerte de no dañar el motor y poder reengancharnos al día siguiente, consiguiendo unos buenos puntos al ser los terceros más rápidos de la etapa y también lograr esa posición en el Power Stage. Están siendo unas semanas y días muy intensos, pero con la recompensa de ver que cada vez vamos más rápido, y el placer que da el correr por sitios tan variados. Decir que el nivel de organización, comisarios, seguridad, etc., del Campeonato Paraguayo está a un altísimo nivel. Vuelvo allí dentro de unos días a por la siguiente carrera del certamen, y posteriormente volveremos al Mundial en el Rallye de Estonia. De todo eso tendréis cumplida información en mi crónica de agosto.
Nº 1761 (Julio, 2021)