AutoHebdoSport
0
Si echo la vista atrás y rebusco en mi vida interior, el mayor equilibrio, la mayor estabilidad, los he conocido siempre que he corrido en España

En el momento en el que esta querida revista esté en vuestras manos, hará aproximadamente un mes del final de mi relación deportiva con Fau Zaldívar, tras un intenso año y medio con todo tipo de vivencias, fundamentalmente positivas. Tras tres intensos y fructíferos años con Dani Sordo y Hyundai, con varios podios y dos victorias absolutas en el Mundial, hace casi dos años sentí la necesidad de encontrar nuevos desafíos; la ocasión, a raíz de un curso que le di sobre notas, vino de la mano de Fau, al que conocí a través de Xevi Pons.

El planteamiento de cara a estos años era muy claro: consolidar el crecimiento que ya estaba teniendo Fau en sus primeras incursiones en el Campeonato del Mundo (como Júnior en uno de los numerosos Fiesta), mejorar en lo posible sus notas e ir haciendo muchas carreras ya con un coche de categoría superior como eran tanto el Hyundai como el Skoda Fabia Rally2.

Puedo decir que estoy muy contento con el desarrollo de este año y medio; la progresión en el ritmo que ha tenido Fau desde nuestra primera carrera juntos hasta lo que está haciendo hoy en día ha sido fascinante. No olvidemos que en el Rallye de Cerdeña, el último que hicimos juntos, su ritmo era muy cercano al de los primeros de la categoría, y es una progresión que sin duda le va a llevar a lo más alto del WRC más pronto que tarde, puesto que tiene valía de sobra para lograrlo. Y también, a diferencia de mi caso, tiene muchísimos años por delante.

Y es aquí donde llegamos al punto de nuestra separación. Sin entrar en más detalles, decir que hemos adelantado cuatro meses lo que iba a ocurrir a final de año, aprovechando ahora el mucho tiempo que había entre Cerdeña y Estonia. Yo ya tenía madurada la idea de que este fuese mi último año corriendo a nivel internacional; la vida va pasando y, aunque lo único que me sigue motivando personal y profesionalmente es ser copiloto de rallyes, siento la necesidad de hacerlo volviendo a mis orígenes, es decir, corriendo en España. Habrá quien piense que es absurdo, que es una vuelta atrás o que no tiene sentido deportivo; nada más lejos de la realidad. Tengo hambre absoluta de volver a correr en mi país, y además intentar luchar por victorias.

Si echo la vista atrás y rebusco en mi vida interior, el mayor equilibrio, la mayor estabilidad, los he conocido siempre que he corrido en España. Evidentemente, tengo recuerdos imborrables del Mundial, y eso es un legado en forma de palmarés que ahí dejo para quien lo quiera valorar. Hace 35 años corrí mi primer rallye, uno en Cantabria, pero es que hace 34 corrí ya mi primer Campeonato de España casi al completo. Hace 31 corrí mi primer Cataluña, que fue mi debut en el Mundial. Y, señoras y señores, hace ahora 28 veranos estaba por estas fechas corriendo Argentina y Nueva Zelanda, por hablar de dos sitios lejanos a los que normalmente un copiloto de tan solo 25 años de edad no tiene la suerte de acudir.

Disfruté muchísimo en esa primera época con Puras. Volví a disfrutar después del Mundial de la mano de Cañellas. Y años más tarde con Xevi Pons. Después vinieron las dos épocas imborrables junto a Dani Sordo, y ahora por último este año y medio con Fau. He conocido países y lugares que en una vida “normal” jamás hubiera soñado. Pero, insisto, con todo lo bueno que han tenido esos años, corriendo en fantásticos equipos como Seat Sport, Citroën o Hyundai, lo cierto es que a cambio siempre tenía muy desatendidos tanto a mi familia como a las amistades, por supuesto a todas las novias, y también a mí mismo. Cuando pasas de los 50, y yo este mes de agosto cumplo 54, empiezas a hacer un resumen de lo que llevas y una planificación de cómo quieres vivir lo que te queda. Y yo deseo correr rallyes en España los próximos nueve o diez años.

 

Nº 1774 (Agosto, 2022) 

Te podría interesar