Los nuevos Coupés de la firma alemana se estrenan con la plataforma de sus hermanos mayores y apuestan fuerte por el dinamismo. Nos hemos subido a la versión M240i xDrive.
BMW acaba de renovar sus Coupés de la Serie 2, y en esta ocasión han protagonizado una importante evolución que les llama a emparejarse con sus hermanos mayores de las Series 3 y 4, pues se basan ahora en su misma plataforma, lo que supone un crecimiento importante en sus medidas para alcanzar los 4,54 metros de longitud (+8 cm). Sus precios parten de los 40.000 euros, y estarán a la venta a principios del ya cercano 2022.
La gama inicial estará compuesta por el diésel 220d de 190 CV y los gasolina 220i de 184 CV y M240i xDrive de 374 CV, y ha sido este último al que nos hemos subido en una toma de contacto en Munich.
Estética clásica
La llegada de los riñones verticales ocupando toda la parrilla frontal de los nuevos BMW Serie 4 Coupé ha gustado a unos y asustado a otros, que los ven demasiado rompedores. Alguna firma independiente ha llegado incluso a hacer piezas para cambiarlos por otros horizontales. Pero lo cierto es que los primeros BMW tenían riñones muy parecidos a esos: atractivos o no, siguen por tanto la tradición más antigua. Pero, cierto es, aquellos quedan muy lejos en la memoria. Por eso los riñones de la nueva Serie 2 Coupé, anchos y horizontales, se parecen más a los de toda la vida que los de la nueva Serie 4 a los ojos de los aficionados de hoy día. ¿A ti cuáles te gustan más? Estética aparte, dichos riñones cuentan por vez primera con láminas móviles capaces de cerrarse para mejorar la aerodinámica, o de abrirse de cara a lograr mayor refrigeración, según convenga. Mientras, el M240i luce defensas o llantas específicas que matizan su imagen deportiva y le dan personalida propia.
Por ello, con la plataforma de los Serie 3, un diseño diferente y un importante acento en la teconología y el dinamismo, los nuevos Serie 2 son casi casi una nueva opción, más asequible y clásica, de las Series 3 y 4. Clásica por esos riñones, el diseño de tres volúmenes, y porque que el nuevo M240i xDrive mantiene motor de seis cilindros en línea delantero, no cuenta con hibridación y apuesta decididamente por el tacto deportivo: es de tracción total, pero con sabor a propulsión trasera. Cada vez quedan menos coches así.
Mientras, el interior se enriquece en calidad, incrementa la digitalización con amplias pantallas (12,3 pulgadas) que también sirven de relojes (10,25 pulgadas), y crece en espacio para los ocupantes. El coche es capaz de rodar hasta 30 segundos de forma autónoma sin intervención del conductor -que no puede perder la atención- e incluso puede adelantar el solito si ponemos el intermitente. Entre otras tecnologías, cuenta con control por voz, control gestual, Bluetooth e internet, control de crucero activo con función Stop&Go, alerta por tráfico cruzado, asistente de marcha atrás, control de distancia de aparcamiento, cámara de visión panorámica y vista remota 3D, proyección de datos en el parabrisas o el BMW Drive Recorder, que permite que el coche rehaga un trayecto marcha atrás que previamente hayamos hecho hacia adelante. Práctico para salir de plazas de garaje angostas sin mover un dedo.
En marcha
La nueva amplitud y mejora de las calidades da como resultado una experiencia más lujosa en los nuevos Serie 2, de nuevo más cercana que antes a los Serie 3. Pero al empezar a andar, el dinamismo que esperas de un BMW es incluso mejor aquí: aunque confortable, el M240i cuenta con rasgos deportivos claros, como una amortiguación durita que se hace claramente firme al pulsar el botón Sport. El coche casi se convierte en otro en tal momento, porque el motor entrega la potencia más bruscamente, la dirección se hace más directa (en opción) y el sonido, embriagador: tacto deportivo puro solamente diluido porque el freno no cambia de tacto y en el inicio de su recorrido es suave para evitar frenadas bruscas cuando llevas a tu suegra.
Y la guinda la pone la tracción total. Mansa en los modos confortables, para fomentar la seguridad, envía la potencia con más nitidez al eje trasero cuando pilotamos de forma que el conductor sigue saboreando el regusto de la tracción trasera de toda la vida e incluso puede deslizar fácilmente por aceleración, a lo que colabora el diferencial trasero autoblocante.
En lo que a prestaciones se refiere, armado con su 3.0 de seis cilindros en línea -otra tradición BMW no ponerlos en V- el BMW M240i xDrive Coupé acelera de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos, y su velocidad máxima ha sido autolimitada a 250 km/h. Cifras que permiten que, antes de llegar a las curvas, su poder de aceleración nos haga vibrar.
Eso sí, se va un poco de peso con 1765 kilogramos totales, aunque repartidos al 50% en ambos ejes. El chasis es un 12 % más rígido que el de su predecesor, las vías son incluso más anchas que en resto de sus hermanos de gama, y las caídas, más agresivas (0,30º). Gracias a la citada aerodinámica activa puede reducir hasta en un 50% las fuerzas ascensionales que castigan el frontal.
En cuanto a la caja de cambios, se ha optado por la automática Steptronic de 8 marchas y convertidor de par, con un ajuste específico para el M240i que la hace más traviesa y rápida de cara a tranquilizar a los que añoran las manuales, y con Launch Control y la función Sprint, que introduce la macha más corta posible en las reducciones.
Por tanto, confortable y lujoso para viajar, el nuevo M240i xDrive es rabioso y temperamental al pilotar, un punto medio excelente entre los BMW convencionales y los M puros, entre la antigua Serie 2 Coupé y la nueva Serie 3 Coupé. Su precio, 67.500 euros.
