Max Verstappen y Checo Pérez le dan un nuevo doblete a Red Bull, en una carrera en la que el aburrimiento ha sido la nota predominante. Alonso, en una actuación brillante, ha terminado quinto.
La carrera arrancó sin incidentes. Verstappen, tal y como hizo en Catar, abrió distancia muy pronto para no verse amenazado por los ataques de DRS en la segunda vuelta. Por su parte, Alonso pudo mantener posición en la primera vuelta. Sin embargo, ya en la segunda, se vio superado por Piastri que, por coche, tenía más velocidad. No obstante, el adelantamiento del australiano, posiblemente también permitido por Alonso, le dio oxígeno al asturiano durante las primeras vueltas para tratar de mantener un ritmo ligeramente superior de lo que el Aston Martin era capaz de ofrecer por sí solo.
En la vuelta 6, el Safety Car hizo acto de presencia en pista debido a un accidente de Stroll. En este escenario, la mayoría de los pilotos aprovecharon ese momento para pasar por boxes y montar neumáticos duros. Sólo Norris, Hamilton, Hulkenberg y Zhou se mantuvieron en pista para tratar de optar por una táctica radicalmente distinta que tampoco les sirvió de mucho. En la vuelta 13 todo volvió a su sitio, pues Verstappen, tras rodar muy cerca de Norris durante varias vueltas, superó al británico para recuperar el liderato de carrera.
A partir de ahí, la carrera fue tediosa. Todos los pilotos de cabeza fueron capaces de gestionar perfectamente los neumáticos duros (la degradación fue muy baja) y apenas se vieron luchas reseñables para ganar posiciones. Tanto es así, que, en la vuelta 29, la realización se centró en el furgón de cola, pues la carrera nos regaló una bonita lucha entre Magnussen, Ocon, Tsunoda, Albon y Sargeant.
Fernando Alonso volvió a ser uno de los pilotos más destacados. El de Aston Martin fue capaz de gestionar perfectamente los neumáticos para llegar a meta en quinta posición, por delante de los dos Mercedes, del Ferrari de Bearman y del Mclaren de Norris.
Tras un más que aburrido Gran Premio de Arabia Saudí, la Fórmula 1 se traslada al Circuito de Albert Park para afrontar la tercera prueba de la temporada, el Gran Premio de Australia, que se celebrará en quince días, concretamente el domingo 24 de marzo a las 5 de la madrugada.