AutoHebdoSport
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Diciembre, 2022

No es la primera vez que me dirijo a vosotros, estimados lectores de AUTOhebdo SPORT, a través de estas páginas, porque en varias ocasiones especiales ya lo he hecho antes. Es más, algunos recordaréis las columnas de opinión sobre el Mundial que escribía en la revista TODO RALLYES, la hermana de AUTOhebdo.

Siempre ha sido un placer colaborar con los amigos que forman parte de la redacción de la revista. Ya desde aquel lejano 1988 en el que comencé a competir en el Desafío Peugeot mantuve una excelente relación con todo su equipo. Ese año participé en la Subida a la Bien Aparecida con mi Peugeot 309 GTi, y fue allí donde conocí a Juanma Fernández Pellón, hoy en día director de esta publicación. Juanma me entrevistó en Radio Laredo, emisora en la que hizo sus primeros pinitos en el periodismo. Allí comenzó nuestra amistad, y un año después él llegó a la revista como becario mientras yo crecía como piloto, y todo ello condujo a mi especial vinculación con la revista.

Por mi edad, tengo la suerte de haber podido leer el primer número de la revista, todo un acontecimiento para los aficionados al deporte del motor, allá por 1982, cuando era un chaval a punto de empezar en el instituto. Luego, cuando empecé a correr, tenía la ilusión de salir en ella, de que hablaran de mí o que incluso apareciera una fotografía, ese era el primer termómetro de que ibas por el buen camino y de que los logros deportivos que ibas consiguiendo tenían repercusión.

Recuerdo haber relatado esta anécdota en el número 1.000 de la revista, hace ya casi 20 años: cuando comenzabas a ganar, otros periodistas, otras revistas de la época, se apuntaban al carro del vencedor, pero la primera en la que había salido tu nombre, en mi caso y en el de la mayoría de pilotos que conozco, siempre había sido AUTOhebdo. Así me sucedió cuando logré la primera victoria en el Desafío Peugeot. Fue en el Rallye Catalunya-Costa Brava de 1989. Me puse en cabeza a dos tramos del final y los fotógrafos venían corriendo porque un desconocido estaba ganando una Copa de Promoción y no tenían mi foto, qué recuerdos…

Me siento un afortunado por todo lo que conseguí en los años en los que estuve compitiendo en Rallyes, y quien tenga la colección completa de la revista, o aquellos anuarios que se publicaban recopilando cada temporada, podrá recordar los momentos más importantes. Los cuatro títulos del Nacional de Tierra conquistados de forma consecutiva de 1996 a 1999 con cuatro coches diferentes (Lancia Delta Integrale, Subaru Impreza, Toyota Celica y Ford Escort WRC) fueron el culmen a muchos años de trabajo. Por el camino también ganamos el Rallye Príncipe de Asturias (Europeo) en asfalto y quedamos octavos en el primer Rallye de España (Mundial) que disputamos. Tras esos logros, mi obsesión era hacerme un hueco en el Mundial, y cambiaba de marca buscando encontrar el camino que me llevara hasta allí, pero no fue posible.

Así, tras finalizar una dura temporada en el año 2000 (ocho averías en ocho rallyes y subcampeón de España), decidí que con 32 años era “viejo” para el Mundial y “joven” para los negocios, por lo que me centré en potenciar la empresa que llevaba defendiendo desde hacía nueve años como apuesta de futuro. Una decisión acertada sin duda y que encajé absolutamente convencido, hasta el punto de que, aunque uno siempre se siente piloto, no he vuelto a sentir la necesidad de competir a ese nivel y disfruto siguiendo los logros de las nuevas generaciones.

Visto con la perspectiva que da el tiempo, estoy seguro de que, además de los títulos, las victorias, me quedo con todos los amigos que fui haciendo en aquella época. Y en especial, por supuesto, mis copilotos, porque son las personas con quienes más tiempo pasa un piloto de Rallyes. Y en ese sentido, los nombres de los que me acompañaron a la derecha son algunos de los más importantes de España, como Carlos del Barrio, Marc Martí o Tomás Aguado. Por cierto, me acuerdo mucho de Tomás, Q.E.P.D., y más en estos días, cuando ha sido el propio Juanma quien me ha dado la noticia del reciente fallecimiento de Jaime González, con quien corrí algún rallye en 1988. No puedo olvidarme por supuesto de otros navegantes de mis inicios, como Serafín Vaz o Icíar Muguerza, con quien competí muchos años en una época decisiva de mi carrera.

Además de agradecer el apoyo a toda la gente que me prestó su ayuda a lo largo de toda mi carrera, tengo que hacer una mención especial a mi familia, que siempre estuvo detrás respaldándome. Tanto mis padres como mis hermanos siempre estaban allí, colaborando en todo lo que fuera necesario (sponsor, asistencia, ouvreur, meteo, jefe de equipo, etc.) para ayudarme a conseguir los mejores resultados posibles.

Solo guardo buenos recuerdos de haber compartido mis ilusiones con un grupo de personas maravillosas unidas por un mismo objetivo, en el que todos disfrutábamos los éxitos y nos apoyábamos en los malos momentos.

Aprovecho para dirigirme a los jóvenes pilotos que ahora empiezan y lo hacen con toda la ilusión para animarlos a que nunca la pierdan, que persigan sus objetivos y no desfallezcan ante las adversidades, que las habrá, porque estas harán que valoren mucho más los éxitos. Seguro que merece la pena y disfrutad el camino, porque luego os quedarán los recuerdos y las amistades. ¡Muchos éxitos a todos y que podamos seguir leyéndolos en la publicación “cazatalentos” AUTOhebdo SPORT!

 

Nº 1778 (Diciembre, 2022) 

Pedro Diego

Expiloto de rallyes nacido en Cantabria.Ha sido a lo largo de su carrera automovilística campeón en 4 ocasiones del Campeonato de España de Rallyes de Tierra con Lancia, Subaru, Ford y Toyota a finales de los años 90.

*Las opiniones expresadas en esta columna son personales y no reflejan necesariamente la línea editorial de la revista.