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Después de cinco años sin volver a pisar Maranello, la sede de Ferrari, tuve ocasión de regresar con motivo del espectacular acto de presentación del SF-23, el monoplaza de Carlos Sainz y Charles Leclerc para la temporada 2023. Para bien o para mal, según se vea, pude ver que la empresa ha cambiado más en este último lustro que en los 20 años anteriores. Luca Cordero di Montezemolo, en su primera década al mando de la marca del cavallino, cambió de arriba abajo la empresa desde que estrenara su presidencia en 1992. Pero una vez finalizado su gran proyecto de modernización “Fórmula Uomo” allá por 2005, Ferrari se mantuvo bastante estable hasta la salida del “avvocato” de la empresa en 2015.

No sabemos si todos estos cambios experimentados recientemente serán para bien en lo que a la actividad deportiva de Ferrari respecta, que a fin de cuentas es lo que nos interesa a todos los que nos encontramos en estas páginas. De momento, la marca italiana va a tener una presencia en competición este 2023 que probablemente no tenga parangón con ningún otro momento en su historia. Junto al equipo de Fórmula 1, está el regreso a la Resistencia, a las 24 Horas de Le Mans, el refuerzo de los programas de competición GT o incluso su apuesta decidida por los eSports. Sin embargo, inquieta la brecha que se percibe entre Ferrari como marca exclusiva de automóviles y Ferrari como equipo de competición. Buena señal, pero no es todo.

Ser un fabricante muy exclusivo de coches al alcance de muy pocos y a la vez tener más seguidores que ninguna otra marca del mundo siempre fue uno de los principales factores diferenciadores de Ferrari como marca. Pero hay detalles que inquietan de cara al futuro, porque se aprecia visiblemente que el alma elitista y la popular del cavallino cada vez están más distantes. Veremos si esta circunstancia no acaba pasando factura a los ferraristas de toda la vida, porque sería algo de lo que, a la larga, la mítica marca italiana se arrepentiría, y mucho. Por eso es de celebrar que alguien, quizá el propio Frédéric Vasseur, se acordara de los tifosi en la presentación del equipo y pudieran disfrutar de cerca de los pilotos y del nuevo monoplaza.

Después de unos años de pandemia, la tentación de cederlo todo a lo virtual es muy grande. A fin de cuentas, el alcance de los tifosi presentes en Maranello era de no más de 500 personas, mientras que en las redes sociales puedes llegar a millones de fans por todo el mundo. Un aplauso por tanto a los organizadores del evento, por darse cuenta de que, por muy importante que sea la comunicación digital, la autenticidad del contacto directo nunca debe perderse. Muchos de los que vieron el vídeo de presentación probablemente sueñen también con viajar algún día desde cualquier parte del planeta a Fiorano y participar en un evento similar.

Lo comentado parece algo obvio, pero el desarrollo de la presente pretemporada de la F1 nos demuestra que no lo es tanto. El enfoque de Liberty Media ha sido el de cederlo todo al dinero, y ya no hay entrenamientos invernales en Barcelona o Jerez. Los aficionados ya no tienen la oportunidad de ver en acción a sus pilotos sin dejarse una fortuna, y ven cómo su única alternativa es seguir los tests de Bahrein a través de la televisión. Previo pago a la plataforma de turno, por supuesto.

Está muy bien cambiar, es legítimo que una empresa quiera ganar más dinero, pero nunca a costa de acabar despreciando a la gente que es capaz de pasar una noche en vela por seguirte. El amor, cuando entra en el terreno exclusivo del dinero, tarde o temprano se acaba rompiendo.

Nº 1781 (Abril, 2023)