A lo largo del pasado mes de diciembre, la firma italiana Thunder Slot sacó al mercado una nueva versión del McLaren Elva MK-I Can-Am que pilotado por Charles Vöguele se impuso en la prueba celebrada en el circuito austriaco de Aspern en abril de 1965.
Thunder Slot es una empresa que, desde sus inicios, se ha caracterizado por ofrecernos las réplicas de vehículos clásicos de competición, encontrando su nicho de mercado en las series Can-Am de los años 60.
Una fuerte inversión en investigación, desarrollo tecnológico, innovación y calidad del producto son las claves del éxito de la marca transalpina en el mundo del Slot y más concretamente en las carreras de vehículos clásicos, satisfaciendo las necesidades de todo tipo de clientes.
La experiencia de Logigráfica con Armando Bizzotto a la cabeza, y su experiencia en el moldeo de plásticos y personalización a través de los mejores instrumentos de tampografía así como la pasión por la automoción y el mundo del Slot. De la parte dinámica de los modelos que salen de la factoría italiana, el artífice es el veterano Giovanni Montiglio destacado piloto de Slot en los años 70 y 80, quien ha plasmado toda su experiencia para que los modelos sean un referente en el mercado.
La carrocería del McLaren Elva MK-I Can-Am ha sido realizada en plástico de un grosor muy fino, lo que le otorga una gran ligereza, siendo un vehículo muy bajo y plano. Bastante bien reproducida, destaca la gran cúpula de cristal perfectamente ajustada sobre la carrocería donde se han replicado hasta los remaches. Quizá sorprenda ver alojada la rueda de repuesto bajo dicha cúpula, pero realmente es donde iba colocada. Destacable también la realización del motor de ocho cilindros de origen Oldsmobile, y las finas rejillas de fotograbado para la ventilación del mismo.
El habitáculo realizado también en plástico muy fino, equipa al piloto de cuerpo entero pintado en color plata, tanto el mono como el casco, color poco real en aquellos años. Quizás en gris habría sido más real. Dentro del copkit, identificamos perfectamente la palanca de cambio a la derecha, extintor a la izquierda, así como los depósitos de combustible bajo las puertas del modelo. Donde sí que ha faltado un poco de pintura plateada es en el cristal de las ópticas delanteras, pues al ser transparentes hace que no destaquen nada sobre la carrocería.
El chasis, totalmente plano, nos ofrece la posibilidad de regular la altura del tren delantero mediante dos tornillos allen de métrica 2'5 mm. Equipa la estudiada guía adelantada habitual en todos los modelos de este fabricante. La cuna da alojamiento al motor Mach de caja corta, de 21500 rpm a 12 voltios y un par de 175 g/cm en posición casi side winder, con un ángulo de 5 grados sobre el eje trasero.
La transmisión es de plástico con corona de 32 y piñón de 11 dientes respectivamente, hace que su rodar sea muy suave y silencioso. Aunque de serie no la incorpora, como opción se puede dotar de suspensión con diferentes durezas en los muelles.
El eje delantero equipado con llantas de plástico y neumáticos zero grip a fin de no restar velocidad y rozamiento sobre la pista. El eje trasero sí que trae llantas de aluminio, de tipo Air System y unos neumáticos de goma, con un dibujo clásico esculpido en un compuesto muy blando que hace gozar de gran adherencia al vehículo.
La prueba en pista del modelo nos confirma que estamos ante un coche que es muy superior en la categoría de clásicos ante los rivales de otras marcas. Su ligereza es su principal virtud. La conducción es totalmente predecible, sin contratiempos ni sustos. Muy veloz en las rectas, su paso por todo tipo de curvas es muy alto, estando en tiempos muy cercanos a vehículos de superior categoría GT.
El mejor tiempo que hice en el circuito de la Asociación Utielana de Slot fue de 11'87 segundos en sus 44 metros de recorrido sobre superficie Ninco de 4 carriles.