Raúl Albi Cantó fue el gran protagonista del acto homenaje que se ha organizado en Dénia por parte de la familia de este alcoyano de nacimiento y dianense de adopción, que falleció el pasado 3 de marzo.
Las dos ciudades de su vida, representadas por sus alcaldes, así como el mundo de la fiesta y el automovilismo estuvieron muy presentes en el acto que reunió, el viernes 11 de agosto, en la Casa de Cultura de la UNED de la capital de la Marina Alta a más de doscientas personas, entre ellos familiares, amigos y muchas de las personas que conoció y a las que estuvo vinculado Raúl Albi a través de las múltiples facetas personales y profesionales.
Fue un acto tan sencillo como emotivo y conducido por Pangel Albi, periodista y hermano del homenajeado. Las palabras del alcalde de Dénia, VicentGrimal, y las del primer edil de Alcoy, Toni Francés, estuvieron plagadas de las anécdotas y vivencias que ambos mantuvieron con el polifacético Albi. Este estuvo al frente de una asesoría en Dénia, donde era una persona muy conocida y apreciada. Fue dirigente del Automóvil Club AIA y como tal organizador de distintas pruebas de los campeonatos de España, como el rallye Mediterráneo –con sede inicial en La Vila Joiosa y actualmente en La Nucía– o las subidas a Les Planes, el Coll de Rates o la Tárbena-Bolulla. Otra de sus pasiones fue la fiesta de Moros y Cristianos que importó desde su ciudad natal a Dénia. Como tal ocupó puestos de responsabilidad en la entonces Asociación de Moros y Cristianos y fue fundador de la filàAlmoravides, de la que ostentó el cargo de capitán.
De estas dos pasiones, el automovilismo y la fiesta hablaron en el acto Vicente Cabanes, amigo y presidente del Automóvil Club AIA y Sonia Jiménez, presidenta de la Federación de Moros y Cristianos de Dénia. Las intervenciones de los citados estuvieron acompañada de imágenes de Raúl Albi.
Como colofón, y al más puro estilo de las figuras de la NBA, se hizo entrega de un chaleco de la filàAlmoravides a su hija, Jesi Albi, con el nombre de Raúl y el número ‘1’ bordado en la espalda. La interpretación, al saxo, de algunas de las piezas que gustaban al homenajeado dieron por concluido el emotivo homenaje.