El piloto holandés regresa a la senda de la victoria en la casa de Honda. Después del abandono de Australia, reinstaura la superioridad de su equipo en el circuito de Suzuka. Sergio Pérez completa un doblete para los de las bebidas energéticas.
Ni rastro de las debilidades de Australia. Red Bull olvida los problemas de Albert Park con una dominante actuación en el Gran Premio de Japón. Al doblete que ayer sábado firmaron en la sesión de clasificación añaden otro más en el día importante, el de la carrera. Los RB20 copan las dos primeras plazas del podio en la cita de casa para Honda. Max Verstappen sumó su victoria número 57 y Sergio Pérez se encargó de cerrar el 1-2. Por parte española, Carlos Sainz extrajo el máximo potencial posible de un Ferrari que llevó al tercer puesto. Fernando Alonso también brilló al dirigir su Aston Martin hasta el sexto lugar.
La cita con Suzuka empezó de forma accidentada. En la salida, Daniel Ricciardo y Alexander Albon sufrieron un accidente que motivó la entrada de una bandera roja. No por el estado de los pilotos, sino por cómo quedaron las protecciones en el exterior de la curva 3. Tanto el australiano de Racing Bulls como el tailandés de Williams salieron ilesos del percance. Los demás monoplazas regresaron al pit-lane y, después de una neutralización de casi treinta minutos, la acción se reanudó con otra arrancada estática desde la parrilla. Como ya había hecho en la primera, Verstappen reaccionó bien al semáforo e inicio su cabalgada en solitario.
Al principio, Pérez trató de mantenerse en distancia de DRS con su compañero de equipo. Pero un pequeño error del mexicano en la vuelta 6, en la que utilizó demasiado el piano exterior de la curva 9, le alejó del holandés. A partir de ahí, el #33 se dedicó a gestionar y a disfrutar de un coche que, con el paso de los kilómetros, le transmitía mejores sensaciones. Su vecino de garaje vigiló los tiempos de los equipos que venían por detrás y logró culminar un fin de semana perfecto para la formación de las bebidas energéticas, que refuerza de esta manera sus lideratos tanto en el apartado de pilotos como en el de constructores.
Por detrás, la lucha por el último peldaño del cuadro de honor incumbió, principalmente, a los Ferrari y los McLaren. Mercedes, con una arriesgada apuesta por el neumático duro en la reanudación de la carrera, lo intentó. De los seis deportistas de esas tres escuderías el que más destacó fue Carlos Sainz. El madrileño extendió la longitud de sus stints, circunstancia que le otorgaba un beneficio y un perjuicio. Lo bueno, que dispondría de neumáticos en mejor estado que sus rivales. Lo malo, que los tendría que adelantar en pista. Y esto último no le costó lo más mínimo. El #55 sigue en uno de sus momentos de forma más dulces.
Charles Leclerc, otro que impartió una clase de conservación de ruedas, hizo efectiva su estrategia de una parada y cruzó bajo la banadera a cuadros en la cuarta plaza. Lando Norris concluyó quinto, justo por delante de un Fernando Alonso que volvió a llevar su Aston Martin a cotas que, según la lógica, serían inalcanzables. Mientras el canadiense Lance Stroll luchaba por entrar en la zona de puntos, el asturiano protagonizó una defensa al más estilo samurái con la que provocó pesadillas a Oscar Piastri. El de McLaren no vio la manera de rebasarle y terminó siendo adelantado por George Russell en la última vuelta.
Lewis Hamilton, descontento con la elección que hizo su equipo en el parón por la bandera roja, finalizó noveno. El local Yuki Tsunoda repitió presencia en el top diez con su Racing Bulls y después de realizar unas maniobras tan agresivas como efectivas en las eses. A espaldas del ídolo de los aficionados japoneses acabaron Nico Hulkenberg (Haas), Stroll, Kevin Magnussen (Haas), Valtteri Bottas (Kick Sauber), Esteban Ocon (Alpine), Pierre Gasly (Alpine) y Logan Sargeant (Williams), en ese orden. Guanyu Zhou, al volante de su Kick Sauber, abandonó en la vuelta 14 con problemas en la caja de cambios.
