Julio, 2021
Casi 40 años y una vida profesional después, escribo de nuevo en AUTOhebdo, la revista que ayudé a nacer, como redactor jefe, con Luis R. Criado (director) y Manolo Vega (director adjunto), el 15 de mayo de 1982. Llegó cargada de ilusiones, pero sin motivos, porque nuestro automovilismo, a nivel internacional, pintaba menos que ahora el de Palestina. Y algunas quincenas se caía la página de “Españoles en el extranjero” porque nadie había corrido fuera.
Teníamos un Campeonato de España de Rallyes decente, y varias fórmulas de promoción con buenas primas y premios, que nos permitieron aprender a correr con 18 o 20 años a los “buscavidas” de cada región, porque si ibas entre los cinco o diez primeros sin “hacer mucha chapa” cubrías. Pero recuerdo en especial la primera entrevista a Carlos Sainz (Cafetería Oliveri de la Castellana, frente a la redacción). Había sido segundo con el Panda Gr.2 en el Rallye de Talavera de 1982, con un scratch en bajada, mojando la oreja a los Porsche y otros pepinos. Y yo me mojé y dije que sería el primer español en ganar el Mundial. Cuando lo hizo, en 1990, se volvió a publicar, aunque no vi un duro de derechos… ;)
Pero este artículo no va de batallitas, como las que coloco en mi Instagram con sorprendente éxito de público y crítica. Va de que cuatro décadas después, y tras escalar las cumbres que jamás habríamos soñado entonces, Carlos Sainz ha sido bicampeón del mundo de Rallyes (1990 y 1992), y Fernando Alonso, entonces en la cuna con 10 meses, también, pero en la F1 (2005 y 2006). Ambos con su esfuerzo, como todos los que hicieron algo, porque la Federación… ni estaba ni se la esperaba…
Esos éxitos deberían haber llevado a nuestro deporte de base a tener buenas fórmulas de promoción, campeonatos nacionales cañeros para foguear a los talentos y estructuras internacionales, como la de mi querido Adrián (Campos), para que subieran peldaños en la escalera de cada especialidad… Pues va a ser que no. Ahora estamos igual, o incluso peor. Las fórmulas de promoción son historia, el Campeonato de Rallyes es una caricatura del de entonces, lo de los circuitos resulta patético y de los Regionales, como los de Galicia, Asturias o Canarias de la época, mejor ni hablar.
Pero hay cosas que no han cambiado. Por ejemplo, hemos jubilado a varias generaciones de federativos que convirtieron su poltrona en medio de vida, con gastos de representación que dejarían en calderilla los de los ERE de Andalucía, etc. Y lo peor es que habrá más. Y seguimos con las licencias más caras del deporte español, casi 500 euritos para empezar a hablar, el sueldecillo de muchos chavales al acabar la carrera.
Lo cierto es que la única razón de ser de las Federaciones deportivas es promocionar su deporte, justo lo que apenas han hecho en 50 años, salvo algún programa “lavaconciencias” de Racing for Spain cuando les obliga el CSD (Consejo Superior de Deportes). En cambio, han montado estructuras ineficaces (regionales, nacionales e internacionales) que canibalizan el automovilismo para permitirles vivir a costa de él, y lo encarecen con burocracias que no aportan valor, por ejemplo con los sablazos de las licencias, un 1.000% más caras que en cualquier otro deporte. Y se empeñan en decirnos que son imprescindibles. Pero no es verdad, como demuestran las tandas de vueltas, petadas en todos los circuitos, o las carreras de Resistencia disfrazadas de “tandas”, dos buenos ejemplos de que hay mucha gente y muchas ganas de correr, y se puede, sin pasar por su registradora. Así que, o espabilan creando proyectos más interesantes y asequibles, o la ola les pasará por encima y pronto serán zombis burócratas sin saberlo.
En la redacción de El País, donde llevo 31 años, hay varios murales sobre la profesión, y uno dice algo así: “Periodismo es contar lo que los poderosos no quieren que se sepa”. Mi esperanza es que esta AUTOhebdo SPORT 2021 recoja el testigo de 1982 y vuelva a reunir a pilotos y aficionados en la credibilidad de un medio independiente para ganarse el respeto del poder e impedir que sigan con sus enjuagues. Y que vosotros, lectores, se lo reconozcáis apoyándoles en kioscos y suscripciones.
Así que, ¡larga vida a AUTOhebdo SPORT! Que nos hace mucha falta.
Nº 1761 (Julio, 2021)
Manuel Gómez Blanco
*Las opiniones expresadas en esta columna son personales y no reflejan necesariamente la línea editorial de la revista.