Aromas del pasado
por Rafa Cid

Octubre, 2021

Como decía nuestro amigo Manolo Gómez Blanco, la página de “Españoles en el extranjero” en AUTOhebdo SPORT se caía con frecuencia alguna quincena, “porque nadie había corrido fuera”. Era un pequeño lapsus de Manolo en el empleo del verbo, que debía ser “porque nadie estaba corriendo fuera”.

Por el contrario, entre 1976 y 1982, Antonio Zanini, Salvador Cañellas, Salvador Servià, Beny Fernández y yo mismo habíamos añadido modestamente al Mundial de Rallyes una serie de resultados que hasta ese momento podían calificarse de destacables, y que además venían acompañados de puntos para el Mundial. Zanini y Cañellas eran tercero y cuarto en el Montecarlo 1977, y Salvador Servià fue séptimo ese mismo año, correspondiéndome a mí en 1981 el séptimo lugar en el Rallye de Portugal Vinho do Porto, y 19º en el RAC de Inglaterra 1980. Sería Zanini en Portugal con su sexto lugar en 1982 el que cerrase este período justo antes de la aparición en los kioscos de AUTOhebdo SPORT, si bien su director, Luis Ramón Criado, ya nos había entrevistado a Beny y a mí al finalizar el Montecarlo 1976 en la 30ª posición a la que habíamos caído desde la 18ª tras cortarse el cable de la batería. Pero entonces Luis Ramón trabajaba para la revista en su versión original francesa, que tras un acuerdo se haría española en 1982.

Así que, salvo el verbo, razón tenía Manolo para afirmar que había sequía de resultados en el extranjero, hasta que Carlos Sainz se ocupó de obtenerlos abundantemente pocos años después, y nuevamente Salva Servià, con imponentes registros.

Es difícil explicarle a un aficionado de hoy, que en su mayoría se alimentan de redes sociales y páginas especializadas a las que están acostumbrados desde jovencitos, la importancia que tiene el papel como soporte de esta revista o de otras semejantes. Está bien el ir a informarse inmediatamente de los resultados en la red, pero el papel impreso lo va a tener ahí años y años sin alterar una coma, y con las fotos tan vivas como el primer día. Por eso, AUTOhebdo SPORT va a cumplir la doble misión de la inmediatez en la web, pero también os ofrece la oportunidad de que vuestra estantería conserve intacta la noticia que tanto os emocionó en su momento.

Algo que quería comentar en esta corta intervención es lo diferente que resultan, al menos a la vista, los Mundiales de antes y los de ahora. Veo a estos chavales jóvenes conduciendo su coche como si se tratase de una consola, con direcciones incomparables a las de antes, con vehículos supercompactos y recorriendo tramos en su mayoría con pisos que parecen autopistas de tierra o asfalto, aunque sean estrechos. Sigue habiendo riesgo, por la velocidad del paso por curva, superior ahora, pero no veo tramos de 40 o 60 kilómetros de noche, con o sin niebla y enlazados con otro semejante, y otro y otro hasta acabar la noche. Había que estar en muy buena forma para aguantar tramos tan largos seguidos con direcciones sin asistencia. Y con esto no quiero desmerecer a nadie ni comparar, sino que el público perciba que es otra cosa, que no admite comparaciones. Aunque yo personalmente me quedo con lo de antes; tenía otra magia, otro encanto más real.

Otra cosa que me tiene admirado, y con ello lo único que hago es ratificar mi edad de abuelete, es el hecho de que hay carreras ya a niveles insospechados de gente que compite con consolas. Pueden ser rallyes o circuitos, pero desde casa, con una pantalla, asiento baquet, pedalera, volante, etc. Al principio lo veía un poco de lejos como un juego de niños, hasta que un amigo que se metió de lleno me lo explicó, y me quedé flipado. ¡Hasta hay pilotos profesionales que ganan una pasta!

Así que, como puede ver nuestro querido lector, el deporte se sigue llamando automovilismo, pero ojalá hubiesen podido ustedes, que tienen menos de 40 años, vivir un Montecarlo, un RAC o un Portugal a finales de los 70 y principios de los 80; era otro mundo.

AUTOhebdo SPORT ha vuelto, y en esta revista hay mucha tecnología y personas para afrontar el presente, pero conviven en ella fuertes aromas del pasado.

Nº 1764 (Octubre, 2021) 

Rafa Cid